Durante casi toda mi vida me he visto a través de una lupa enorme que no me ha dejado ser Yo y expresarme libremente.

He juzgado como me veo, lo que pienso, lo que siento, cómo actúo, me he comparado y sentido más o menos que otr@s.  Esto me ha hecho mucho daño a nivel emocional, mental y físico.

Durante mucho tiempo intenté tapar mis inseguridades con alcohol, drogas, comida, relaciones, compras o lo que fuera que me distrajera, aunque sea un rato de esta voz tan cruel y que sonaba tan fuerte.    

Pero…la vida no se equivoca y “lo que no te mata, te hace más fuerte.” 

Para salir de estas conductas que me hacían daño, he seguido un camino de recuperación y descubrimiento, que ahora sé, es interminable mientras siga en este cuerpo. 

En este recorrido, es como llegué a uno de mis maestros Tommy Rosen, que un día me dijo “Gaby, imagínate lo que pudieras hacer si ese auto juicio no estuviera en tu mente”.  En ese momento lo entendí y creí racionalmente, pero hubo una parte de mí que me dijo “vas a seguir igual”.  Además, me dio miedo la responsabilidad que “ese hacer” iba a traer a mi vida. 

Hoy, un tiempo después, sigue la voz, pero la GRAN diferencia es que ya no me paraliza.  Aún ahorita escribiendo esto, están mis juicios presentes; “para qué escribes eso”, “que pena, quien sabe quién lo vaya a leer”, “que van a pensar” ¡etc.! 

Cada vez se hace más chiquita la voz y salen más las ganas de expresarme, descubrir y compartir quien Soy (y a veces, si me inmovilizo un rato de miedo).  Quien sabe hasta dónde vaya a llegar o que tanto vaya a hacer si sigo desafiando esta voz, pero para mí ESTO ya es un logro. 

Te deseo que, si la tienes, identifiques esa voz juiciosa en ti.  Que te atrevas a desafiarla y a tomar acciones para tu bien y el bien de los demás a pesar de ella.  Sigue siendo valiente y descubriendo ese potencial que hay en ti.  Entre más nos liberamos a nosotros mismos, más ayudamos a los demás a que también lo logren. 

Con mucho amor, Gaby